Acabo de salir de una conferencia -otra más- con una sensación digamos que agridulce por lo que he visto y me he encontrado en la misma.
Por un lado reconfortado y esperanzado por las reflexiones que he podido escuchar tanto por parte de los conferenciantes como de los escasos asistentes, pero por otro, un poco decepcionado y, por qué no decirlo, con un cierto punto de pena al ver la pasividad y el poco interés de la sociedad en general ante temas tan importantes como los que se han tratado.
Estaba convencido de que iba acudir más gente, pero una vez más me he equivocado y las ausencias han sido muy significativas. Algo está cambiando en esta sociedad nuestra en la que la gente ya no se moviliza ni demuestra interés por temas que le afectan -nos afectan- de forma tan directa como la violencia.
No hay camino para la Paz, la Paz es el camino…