¿Y después de las elecciones catalanas, qué?

diciembre 22, 2017
La «legalidad del embudo» implantada por Mariano Rajoy y llevada a las últimas consecuencias mediante su exaltación de los poderes milagrosos del artículo 155 de la Constitución para liberar a Cataluña de las garras del separatismo, sufrió ayer un serio revés con ocasión de las elecciones celebradas en dicho territorio.

Hay que reconocer que hoy, igual que en los últimos tiempos, las Españas no están para muchas alegrías. Los «dueños del cotarro» han conseguido -una vez más- hacernos perder miserablemente el tiempo, distrayéndonos de lo que debiera ser dedicar nuestros esfuerzos para salir del marasmo, y superar la sensación de derrota y de la falta de futuro que nos invade, paraliza y corroe a una parte considerable del país.

A cambio de la aparente derrota del actual Gobierno central, los «señores del IBEX» han logrado el relevo generacional de los que a partir de ahora se encargarán -entre otras cosas, y con carácter prioritario- de seguir dando coces contra el aguijón separatista. Porque, de creer a los adoctrinadores oficiales, en eso consiste fundamentalmente nuestra identidad y orgullo nacional.

¡Feliz Navidad!


El procés…

septiembre 18, 2017

 


Un poco de humor: Maño que espera que Cataluña se separe de España

noviembre 12, 2015

maño


Catalunya ¿Y ahora qué?

septiembre 28, 2015

Unos comicios que deberían haber servido para aclarar la situación en uno u otro sentido, o por lo menos eso es lo que pretendían vendernos, no han servido más que para enturbiar aún más si cabe y llenar de incertidumbre la situación política de Catalunya. Oyendo al president Artur Mas decir lo siguiente:

«El tema trascendetal no es que yo sea presidente, sino que haya una mayoría que trabaje por un estado independiente»

Creo que con los resultados obtenidos, no se ha conseguido ni lo uno ni lo otro.


La nación catalana

septiembre 16, 2015

A continuación os dejo un artículo de Pedro Zabala que me ha parecido muy interesante por cómo aborda el tema de los nacionalismos en general y el catalán en particular. Espero sea de vuestro interés:

bandera catalunyaHe leído con atención y respeto el escrito que unos cristianos catalanes (Grup Sant Jordi) han dirigido a los cristianos españoles intentando explicar su postura por un reconocimiento de la identidad catalana a través de su independencia, dada la intransigente postura uniformista y centralizadora del Estado español. Acaban el escrito pidiendo que, fuere cual fuere, el resultado del proceso emprendido por el Pueblo catalán hacia su soberanía, no se rompan los lazos evangélicos que como miembros de la misma Iglesia debemos tener y que podamos colaborar en las necesarias tareas comunes.

Alegan como claves para entender la identidad catalana una lengua propia (con su literatura), una cultura específica, un derecho propio, una tradición secular, y unos símbolos identificadores. Es de justicia reconocer que es así. Y que, por consiguiente, Cataluña es una nación, una nación cultural.

Pero, a mi juicio, una nación cultural no es una nación política. Las naciones culturales son muy variadas y sus rasgos identificadores distintos en cada uno de ellas. Pongamos el caso del pueblo judío, lanzado al exilio; su condición de exiliados, la Biblia y el hebreo utilizado en sus ceremonias fueron durante siglos sus señas de identidad, no el territorio. El moderno Estado de Israel, construcción del sionismo, es una nación política que se basa en aquella nación cultural, pero no abarca a todos sus componentes, que no son, en parte porque no quieren, ciudadanos israelíes. Las naciones culturales tienen en común ser comunidades abiertas hacia dentro y hacia fuera. No son uniformes, no necesitan una autoridad común, ni una identidad política. ¿Forman una nación cultural basada en el idioma, Alemania, Austria, los cantones germanófonos de Suiza, los Sudetes y la Prusia Oriental, hoy territorio polaco?. Lee el resto de esta entrada »


El federalismo de Rubalcaba

septiembre 25, 2012

Algunos expertos del derecho comparado sostienen que actualmente estamos de facto en un estado federal, aunque nominalmente España sea un estado constituído por autonomías y afirman sin ningún tipo de rubor, que nuestro sistema de descentralización nada tiene que envidiar al alemán o al canadiense, por poner dos ejemplos.

Los padres de la actual constitución  se cuidaron muy mucho en su día de hacer desaparecer el término federal de la carta magna si no es más que para otorgarle un significado negativo prohibiendo la federación de Comunidades Autónomas tal y como establece su artículo 145.1. Es curioso comprobar como hoy en día, y debido principalmente al órdago planteado por el president Artur Mas en Cataluña,  los términos estado federal y federalismo se han puesto de moda en ciertos ámbitos políticos. Sin ir más lejos, el propio Rubalcaba dice que la solución al problema catalán pasa por establecer un sistema federal, lo que comportaría una reforma de calado en la Constitución.

¿Ahora caen en eso? ¿Cuántas veces, echando mano a un internacionalismo de guardarropía anacrónico y contrario en un partido socialdemócrata escorado a la derecha neoliberal, se han opuesto a cualquier modificación del status que configura la actual organización territorial del estado?


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