A San Fermín pedimos-Entzun arren San Fermin

Sobre encierros

Uno no deja de estremecerse al volver a ver las imágenes de la montonera del encierro del pasado 13 de julio. Son imágenes que demuestran, con toda su crudeza,  el peligro que conlleva tomar parte en una carrera de estas características. Muchos critican la masificación del encierro y proponen distintas alternativas para limitar la participación. A pesar de todo, el peligro seguirá estando ahí. En un encierro se dan situaciones límite, existen una serie de códigos no escritos en ninguna parte que hacen que casi todo fluya con aparente normalidad dentro de la anormalidad que supone estar delante de unos animales bravos de más de 500 kilos.

De la misma forma que un pequeño gesto sin aparente importancia puede llevarte al suelo o a una situación peligrosa en un abrir y cerrar de ojos, también puede salvarte de tener un grave contratiempo.

Eso es lo que precisamente hace grande al encierro, esas situaciones extremas donde las emociones afloran a raudales y la condición humana se muestra en toda su esencia para lo bueno y para lo malo.