Recuerdo al «Rebelde Desconocido» de Tiananmen

El hombre del tanque de Tiananmen también conocido como el Rebelde Desconocido, éste fue el apodo que se atribuyó a un hombre anónimo que se volvió internacionalmente famoso al ser grabado y fotografiado en pie frente a una línea de varios tanques durante la revuelta de la Plaza de Tiananmen de 1989 en la República Popular China.

Esta foto fue tomada el 5 de junio de ese mismo año por Jeff Widener, y se transmitió esa misma noche siendo titular en cientos de periódicos, noticieros y revistas de todo el mundo.

El hombre se mantuvo sólo y en pie mientras los tanques se le aproximaban, sosteniendo dos bolsas similares una en cada mano. Mientras los tanques iban disminuyendo la marcha, él hacía gestos para que se fueran.

Ya no se acude al pasado para comprender el presente, sino para construir identidades

“Cuando uno mira el pasado para justificar una acción en el presente, le hace decir al pasado lo que él quiere en el presente”.

La dictadura del relativismo ha transformado el oficio de historiador. Ya no se acude al pasado para comprender el presente, sino para construir identidades

Santos Juliá

3 de octubre de 1833: ¡Viva Carlos V!

Hace 184 años, el 3 de octubre de 1833 en Talavera de la Reina, el funcionario de Correos Manuel María González lanzaba el grito de: ¡Viva Carlos V!

El levantamiento se propagaría rápidamente por el resto de España dando inicio a la I Guerra Carlista.

Ángel de la Guarda cuándo llegarás…

Era por esta época de comienzos de marzo,  ¡por el Ángel de la Guarda!, me insiste el Fermín, cercana a la primavera y en la que los días van alargando considerablemente, cuando la gente del campo solía comenzar a tomarse  media hora de descanso entre labor y labor. Lo justo para poder llevarse un bocado a la boca y mojar el gaznate  con un traguico de vino fresco de la bota.

De ahí precisamente esta coplilla cargada de cierta dosis de ironía, muy propia de la gente humilde del ámbito rural:

Ángel de la Guarda
cuándo llegarás,
trago y merienda
y dos realicos más…

Admirable precocidad de Bárcenas ¡Qué cosas!

En 1987 varios jóvenes alpinistas de una expedición, cuyo jefe de honor era Juan Carlos I, dijeron haber ascendido al Everest. Fueron noticia no sólo por tal hecho deportivo sino porque aseguraron haber descubierto una nueva ruta jamás transitada, bautizada como vía española.

Pronto se descubrió que no era cierto ya que unos alpinistas japoneses la habían abierto y utilizado meses antes.
Uno de los aventajados y casi heroicos alpinistas españoles de aquella expedición que no consiguió hollar cima y que había mentido se llamaba Luis Bárcenas…

San Virila

En este día, 3 de octubre, se celebra en  Navarra la fiesta de  San Virila.

Se trata de aquel abad del monasterio de Leyre (¡qué nombre tan precioso!) que se puso en contacto con la naturaleza, contemplaba la creación ensimismado, y al escuchar el canto de un pájaro, se quedó en éxtasis sin que notara que se le pasaba el tiempo.

Cuando se despertó y regresó al monasterio, se encontró con que el hermano portero era un desconcido que no le permitía entrar. Al insistir en que era el Abad de la comunidad revisaron los libros de antiguos monjes y se encontraron con que, efectivamente así lo era. Pero ¡habían transcurrido 300 años! Se le había pasado el tiempo en el gozo de la contemplación.

Entonces, un ruiseñor entró a la abadía con un anillo en el pico. El ruiseñor colocó el anillo en el dedo de San Virila y éste volvió a ser abad.

Esta leyenda se suele traer a colación para «entender» la eternidad:

•  No como «algo» largo y aburrido (extensión)
• Sino como «algo» vivido en intensidad. Una felicidad que no  acaba nunca.

Alarde napoleónico en Tolosa

En conmemoración de la batalla, en la que se calcula que tomaron parte unos 45 mil hombres, que tuvo lugar el 25 de junio de 1813 en Tolosa entre tropas inglesas y napoleónicas durante el transcurso de la retirada de estas últimas hacia Francia tras la derrota sufrida en Vitoria.

Un poco de historia: 175 años de la Batalla de Oriamendi

Tal día como hoy del año 1837 los carlistas vencieron a los liberales en las inmediaciones de San Sebastián, en la conocida como batalla de Oriamendi por desarrollarse precisamente en este monte próximo a la capital guipuzcoana. Los carlistas se enfrentaron en esta batalla a la Division Auxiliar Británica comandada por Sir George Lacy Evans.

Según cuenta la leyenda, al término de la misma, los carlistas se hicieron con una partitura de música sin letra compuesta por algún músico inglés del bando cristino. Fue tal su alegría por la victoria conseguida, que  no tardaron en ponerle  letra precisamente en euskara. Con el tiempo, esta composición pasaría a convertirse en la conocida Marcha de Oriamendi, el himno por excelencia de los carlistas. Posteriormente,  tuvo distintas adaptaciones y versiones en castellano, siendo la de Ignacio Baleztena la más concida.

Marcha de Oriamendi con la letra original:

Gora Jainko maite maitea
zagun denon jabe.
Gora España ta Euskalerria
ta bidezko errege.
Maite degu Euskalerria,
maite bere Fuero zarrak,
asmo ontara jarriz daude
beti Karlista indarrak.
Gora Jaungoiko illezkor!!!
Gora euskalduna,
audo ondo Españia-ko
errege bera duna!!!

Si me lleven prisioneru

Versos carlistas en favor de don Carlos de Borbón en lengua asturiana:

Si me lleven prisioneru
nun me lleven por lladrón,
llévenme por defender
a don Carlos de Borbón.

Que viva’l rei
que viva don Carlos
que viva’l rei
que n’Asturies tien partidarios.

Coplas de Santa Águeda

Ahí van algunas coplas que se suelen cantar la víspera de Santa Águeda. Durante este día es tradición arraigada salir a cantar en cuadrilla en muchos pueblos del País Vasco y Navarra. Santa Águeda es considerada protectora de las mujeres y en general, se le atribuye una faceta sanadora.

Dios te salbe, jende noblia
Gabon Jainkoak diela
Legiarekin kunpli dezagun
Santa Ageda bezpera.
………
Horma txulotik xaguba
Haren atzetik katuba:
Hemen lortutako diruakin
Beteko ez degu zakuba
………
Haritz ondoan itturri
Ura pil-pil-pil erori
Etxe hontako etxekoandria
Ama Birjina dirudi.
………
Baratzan dago txermena
Luzia eta lerdena
Etxekoandria kopla dezagun
Nagusiaren urrena.

El tío Tomás y la tortilla de patata

Cuenta la leyenda que una etxekoandre (ama de casa), de la zona de Abárzuza, en Navarra, llamada María Tirgo, ante la visita  tras la batalla de Tomás Zumalakarregi  a su caserío y sin otra cosa que poder ofrecer al general que un par de huevos, unas patatas y algo de cebolla, cuajó los huevos en las patatas previamente fritas en la sarten con manteca y la cebolla, creando así la primera tortilla de patata de la historia.

Otra leyenda sitúa el origen de este tipo de tortilla en el sitio de Bilbao. Fue  precisamente aquí donde Zumalakarregi resultó herido en una pierna, herida que en un principio carecía de importancia y que ya estando en Zegama le provocó la muerte por la infección originada.

Lo que sí parece claro es que la tortilla de patata comenzó a difundirse y se popularizó durante las Guerras Carlistas entre la tropa por su fácil elaboración y su contenido altamente nutritivo.

Tengo que reconocer que existen documentos anteriores a las Guerras Carlistas que recogen  distintas elaboraciones de patatas revueltas con huevos, pero qué más da, a mí la que más me gusta es la leyenda del Tío Tomás y con ella me quedo.

Historia, pruebas y conclusiones

De un tiempo a esta parte nos estamos viendo bombardeados por la publicación incesante de libros dedicados a la investigación histórica. Junto a los ya renombrados y prestigiosos historiadores consagrados, surgen nuevos autores que tratan de dar una visión diferente a la establecida por la historiografía oficial.

Hace poco recibí una reflexión interesante precisamente de un amigo historiador, en la que me decía, y no le falta razón, que se llega a una conclusión en base a donde te lleven las pruebas que se hayan obtenido y no al revés, es decir, no se pueden recoger las pruebas que te convienen para sacar adelante una determinada teoría preconcebida.

Esto último hace que el trabajo carezca de todo valor y rigor histórico, y es lo que casualmente llevan a cabo la mayoría de autores previamente posicionados con una serie de ideas preconcebidas sobre el tema objeto de estudio e investigación. Esta actitud ha hecho que muchas veces no merezca la pena ni abrir determinados libros pues ya sólo con ver el nombre del autor podemos saber lo que va a decir casi sin equivocarnos.

Coplas del Paloteado de Monteagudo-Monteagudoko Paloteadoaren koplak

Cantadas por los paloteadores de Monteagudo, Joselico Jarauta y Julián Matute,1894

Antiguamente Navarra

era un Reino independiente

de pagos y de soldados

y de otras cosas urgentes.

Desde mil quinientos doce

Navarra se unió a Castilla,

sin abandonar sus Fueros,

así el pacto lo pedía.

La Navarra en aquel año

mucho fue lo que perdió,

pues perdió la independencia,

prenda de inmenso valor.

Pues hay muchos en España

que trabajan con malicia

por que sea Navarra

como las demás provincias.

Pues si el Gobierno de España

sigue en sus pretensiones

se tomarán en Navarra

serias determinaciones.

Con Monteagudo, Cascante,

Ablitas, también Barillas,

Olite, Tafalla, Estella,

Cortes, Buñuel y Murchante

¡formemos una guerrilla

para marchar adelante!

Pues también se nos ofrecen

como si fueran hermanos

los valientes alaveses,

vizcaínos y guipuzcoanos.

¡Vivan las cuatro provincias

que siempre han estado unidas

y nuca se apartarán

aunque Gamazo lo diga!

¡Viva Navarra y sus Fueros!

Joselico Jarauta eta Julián Matute monteagudotar paloteadoreek kantatuak, 1894ean

Aspaldian Nafarroa,

Erresuma argi bat zenez,

libre zegoen sodadutzaz,

zergez eta eginbeharrez.

Mila bortzehun ta hamabian

Gaztelari ginen batu,

nahiz eta itunari esker

lege zaharra gerizatu.

Nafarroak urte hartan

anitz da galdu zuena,

zer ta burujabetasuna,

oroz gaindo maiteena!

Anitz baitira Espainian

lan dagitenak maltzurki

Nafarroa izan dadin

probintzia arrunt bat aurki.

Bere hortan iraunen badu,

beki espainol gobernuak

Nafarroan neurri latzak

izanen direla hartuak.

Tafalla, Erriberri, Ablitas,

Monteagudo, Kabanillas,

Kaskante, Murtxante, Kortes,

Lizarra, Buñuel, Barillas!

Egin dezagun aurrera!

Garen denok bat gerrilaz!

Anai bailiran ditugu

adiskide ezin hobeak:

arabar, bizkaitarrak

eta gipuzkoar trebeak.

Gamazok erranak erran,

gora lau herrialdeak,

oroit daitekeenez geroz

barik egon direnak.

Gora Nafarroa eta Lege Zaharrak!

Desde la República de Ioar

En estos días del primer aniversario de la muerte de Pablo Antoñana, creador e impulsor de la literaria República de Ioar, me llega precisamente desde este territorio la triste noticia del fallecimiento del rey legítimo carlista don Carlos Hugo de Borbón Parma.

Persona de trayectoria vital apasionante, desgraciadamente no demasiado conocido entre las generaciones de jóvenes nacidos después del período llamado  transición, debido sobre todo a los cambiantes planes de estudio y al intento de silenciar por parte de las autoridades de turno momentos y aspectos de una etapa tan rica como variada.

Carlos Hugo, expulsado de España por el dictador Francisco Franco  y considerado por éste como príncipe extranjero, como si el actual jefe del Estado no lo fuera, se supo adaptar a la realidad socio política que le tocó vivir y canalizó el empuje, las demandas y la evolución ideológica de los estudiantes universitarios y obreros carlistas de la década de los 60 y 70.

Como dejó escrito Pablo Antoñana: fue un regreso al Carlismo socialista y popular. Los que salieron como las ratas del barco pertenecen a esa otra rama descrita por don Miguel, de canónigos, sacristanes y barberos raciocinadores.

Fue el responsable de la modernización y puesta al día con cursillos de formación de un movimiento que luchó abiertamente desde posiciones de izquierda a favor de las libertades y la democracia contra el fascismo, la dictadura franquista y sus estructuras y aparatos de poder.

Ojalateros

Expresión popular que se aplica a los inhibidos, a los cobardes, a los emboscados y, en general, a los que no van a la guerra.

Es la frase que decían durante la Primera Guerra Carlista los que Carlos O´Dononell calificó acertadamente de ojalateros, porque decían, o venían a decir,  a todas horas:

¡Ojalá ataquen (nuetros soldados) y ganemos (nosotros)!

El calificativo, recogido en el diccionario de la R.A.E. se extendió luego a todos los que, sin tomar las armas por el rey don Carlos, se contentaban con desear el triunfo de las tropas de éste.

La palabra ojalatero tuvo gran aceptación. Se hablaba del partido de los ojalateros, para motejar a los que en la guerra adoptaban una actitud pasiva y, a su vez, presumían de entusiasmo por la causa carlista.